La inmortalidad de su cuerpo,
sólo moría ante la eternidad de su mirada,
ella suave, ante la noche negra; se pierde.
Extasiados mis ojos por contemplarla.
Su piel tersa bajo la luna; eran uno.
Siempre fría; en las noches te fortaleces,
cual estrella que con la oscuridad
refleja su furia pálida.
El fuego frío que plasmaban sus ojos vampiricos;
eran ojos de mujer,
mujer blanca y a la vez tan oscura,
eterna; ella baila con mi alma.
Tan serena, escalofriante.
Sus labios suaves susurraban,
amor nunca me dejes; la noche aguarda.
Emiliano
No hay comentarios.:
Publicar un comentario